REPRODUCTOR

domingo, 9 de noviembre de 2008

DESPERTAR LA ATRACCION

EL DESPERTAR DEL DESEO
La atracción que una persona despierta sobre otra continúa siendo un misterio. Se han llevado a cabo numerosos estudios acerca del despertar del deseo e, incluso, algunos han desarrollado teorías que rápidamente se desvanecen al contrastarlas con la realidad. Dichas teorías reflejan que a los hombres les gustan las mujeres un poco menores que ellos, que las personas se enamoran de quien comparte sus afinidades, o que pertenecen a clases sociales semejantes. Pero que dos personas se gusten es algo demasiado personal e íntimo como para poder explicarlo y desarrollar pautas preestablecidas.
Cómo Funciona el Deseo
Hay algo cierto en todo esto; el órgano sexual más importante es el cerebro. Él es quién decide, juzga, ama o rechaza a otros. El mundo exterior al completo llega al cerebro a través de los sentidos, la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído son los sensores que reaccionan ante los estímulos externos y envían la información al cerebro para que la procese.
La reacción ante el deseo, una vez enviada la información al cerebro, está determinada por varias circunstancias; la primera de ellas es la experiencia personal de cada uno. Si una persona ha tenido vivencias desagradables en relaciones anteriores, cuando se presenta el deseo puede desaparecer rápidamente; no es así en el caso contrario, cuando se han vivido experiencias gratificantes, esa persona estará más dispuesta y más abierta a una nueva relación.
En pocos segundos se puede tomar una decisión sobre alguien; la primera impresión que llega al cerebro a través de la vista es su apariencia física, su forma de vestir, de hablar o de comportarse socialmente. Se ha dicho muchas veces que la gente busca en el otro unas características que les sea fácil reconocer, que les resulte agradable y que se complementen con ella. Por eso es muy fácil que el deseo se despierte entre compañeros de estudios o de trabajo, personas que vivan cerca, que visitan los mismos lugares y compartan gustos comunes. Aunque muchos crean tener un estereotipo formado de cuál sería su pareja ideal, a veces, la sorpresa juega un papel importante y se elige a un compañero o compañera que nada tiene que ver con las preferencias predeterminadas.
Los Gestos de la Atracción
Si en un bar o en una reunión de amigos hay dos personas que se gustan, rápidamente sus mentes y sus cuerpos se ponen a trabajar para llamar la atención del otro. De forma inconsciente sus músculos se tensan, la espalda está más erguida, los ojos se ven más brillantes y las pupilas se dilatan, incluso algunas personas llegan a emitir olores corporales distintos a los normales. Las miradas intentan encontrarse y de alguna manera captar el interés del otro. Poco a poco se acercarán hasta separarse del resto. Sus cuerpos se colocarán generalmente de frente a fin de impedir la intromisión de un tercero.
La postura de los cuerpos habla por sí sola; existen posturas abierta o cerradas, de aceptación o rechazo. Si una persona está sentada con las piernas juntas y los brazos cruzados sobre el pecho, esta diciendo "¡no te acerques!". Por el contrario si sus piernas están cruzadas una sobre otra y sus brazos separados o apoyados en el respaldo del asiento está en una clara actitud de acogida. El lenguaje corporal es una de las primeras señas que hace una mujer o un hombre para atraer la atención. La mirada, las manos, la forma de acomodarse invitan a la conversación; el segundo paso lógico en un primer encuentro.
Hablar de lo que le gusta, de sus preferencias, buscar puntos en común y poco a poco hacer algún tipo de comentarios sobre su personalidad es una manera de proponer a la otra persona llegar a conocerse y, si las circunstancias son favorables, iniciar una relación. El deseo se ha hecho presente y prepara todas sus estrategias de seducción.
Cuando una pareja ya es estable, lleva algún tiempo junta o muchos años, el deseo puede decaer con el paso del tiempo. El "no tener ganas" es, en ocasiones, un síntoma e que la rutina se ha instalado en la relación o bien que se han olvidado alimentar diariamente el deseo. Para recuperarlo ambos tiene que poner todo de su parte; volver a descubrir el cuerpo del otro, emplear más tiempo en la excitación antes de llegar al acto sexual, innovar con juegos eróticos, afrodisíacos o con algunos juguetes eróticos. Al hacer el amor experimentar con nuevas posturas que harán del sexo algo novedoso y siempre atractivo.
LA ATRACCIÓN Y LOS CINCO SENTIDOS
La publicidad bombardea diariamente con cuerpos de hombres y mujeres en actitudes sugerentes que se miran y se tocan; perfumes afrodisíacos que despiertan pasiones; bebidas y comidas que incitan al sexo; y músicas insinuantes, como preludio de una relación sexual. Todos los sentidos del ser humano están a disposición del placer. Una caricia no es sólo el contacto físico, es, también, ver, oler, oír, gustar. Los estímulos sexuales pueden ser desencadenados por cualquiera de los sentidos. Muchas veces en perfume especial, una imagen atractiva, un contacto, una voz o un sabor exquisito dan rienda suelta a una atracción sexual.
La vista
Una mirada a otra persona es una de las primeras percepciones sensoriales en el encuentro de una pareja; a través de ella se identifica al otro como objeto de deseo o también se le rechaza, dependiendo de los estereotipos que cada uno tiene formados en su mente sobre lo que más le gusta o disgusta del físico de los demás; descubrirlo en una persona es entrar en una dimensión sexual, si bien, también puede verse atractiva a una persona que no reúna esos requisitos previos. Y es que la mirada no sabe de reglas, la vista no actúa independiente de otros sentidos y muchas veces "mirar" es también oler, oír, tocar.
Las imágenes hermosas o gratificantes permanecen en la retina por más tiempo y producen una satisfacción que se convierte en placer. Contemplar una puesta de sol o mirar largamente el mar es tranquilizante, modifica el estado de ánimo. Pero, también, las imágenes despiertan el deseo sexual; revistas de hombres o mujeres, películas con escenas amorosas o simplemente un cuerpo desnudo o incitante, son capaces de excitar a cualquiera sólo con verlas.
En una relación sexual, la vista descubre el cuerpo de la otra persona. "Acariciar con la mirada" es excitante para los dos. El que es mirado entrega cada parte de su cuerpo para el deleite del otro y el que mira está recreándose en lo que ve y se despierta en él su deseo sexual. Incluso se ha comprobado que la sexualidad de los invidentes tiene unos matices diferentes a la de los videntes. Es por eso que la vista juega un papel importante en la erótica de la pareja. Algunos dicen que el hombre tiene más desarrollada que la mujer esta capacidad erótica, pero, quizás, sea más por costumbre y patrones culturales.
El Oído
Las palabras amorosas, la música o los ruidos de la naturaleza llegan al cerebro humano a través del oído. Los sonidos agradables producen placer y tranquilidad; una palabra de amor es confortante; disfrutar de una melodía evoca recuerdos y fantasías; incluso el mismo silencio es un "sonido" necesario para la relajación y la entrega sexual.
Durante una relación sexual el tono de voz cambia, se vuelve más dulce para agradar a la otra persona y las palabras que se dicen y la forma de decirlas pueden ser tan importantes como una caricia o un beso. Quizás las mujeres emitan más gemidos, quejidos o expresiones cariñosas que los hombres, pero, esto también es comunicación, porque ellos pueden comprender así las diferentes etapas que or las que atraviesa la mujer durante el coito.
Cualquier sonido se puede convertir en un estímulo sexual; por ejemplo, cuanto más gemidos o gritos emite una mujer, el hombre más disfruta (sólo por oírla). La comunicación de los cuerpos es primordial, sin embargo, las parejas también se hablan, ríen y gritan al hacer el amor.
El Gusto
El gusto es uno de los sentidos que más se asocian a un placer, aunque éste no sea exclusivamente sexual. En la sociedad, todo se festeja con una buena comida y una buena bebida, no hay acontecimiento de la vida, como un nacimiento, una boda o cualquier encuentro que no se celebre en una mesa llena de manjares. También es común oír hablar de otra persona usando símiles comestibles. Cuántas veces no se oye, por ejemplo, "esa chica es un bombón", "es una persona muy salada", o "muy dulce". Esta forma de comparar características físicas, o psíquicas, con alimentos viene a demostrar la íntima relación entre el sentido del gusto y el placer. Además, hay algunas comidas y bebidas consideradas afrodisíacas que, por sus cualidades, forma o color, despiertan al placer sexual.
El gusto también interfiere en una relación sexual a través del beso, ésta es la forma más común de contacto y la mejor manera de "probar" a otra persona. Asimismo, el gusto se da en el sabor de la piel a lo largo de todo el cuerpo ya que, como cada persona tiene un olor propio, también tiene un sabor especial. Las caricias bucales en los genitales, felación y cunnilingus son otras formas de hacer actúa al sentido del gusto, que proporciona al cerebro una reacción placentera.
El Olfato
El olor de la piel, del cuero, despierta el deseo sexual, es un estímulo erótico y uno de los mejores afrodisíacos naturales. El olfato es uno de los sentidos más asociados a la memoria; un olor puede evocar a una persona, un lugar, un hecho. Cada persona emite un aroma distinto, que es objeto de atracción o rechazo para los demás, y, en algunos momentos, el mero olor de la persona amada produce una gran excitación.
Las parejas se huelen para descubrirse, así como hacen los animales, que se reconocen mediante el olfato para sus relaciones sexuales. Los humanos no necesitan olfatearse, pero el olor que desprende la otra persona sí es importante en una relación sexual. El olor corporal está cargado de sustancias que atraen o repelen a otros.
Sin embargo, las fragancias naturales de cada persona se esconden muchas veces detrás de productos cosméticos que pretenden mejorar los olores propios de cada uno y van generando una cierta aversión al aroma corporal. Los desodorantes o perfumes, que se asocian a la seducción, están eliminando el olor natural del cuerpo, una de las formas más naturales de atraer a otra persona.
El Tacto
El contacto físico es, para la mayoría, el mejor modo de evocar sensaciones eróticas. El tocarse estimula a los receptores del tacto, que se encuentran distribuidos por todo el cuerpo: en la cara, en la lengua, los pechos, los genitales, los muslos, etc.; son las llamadas zonas erógenas, donde existe mayor número de receptores táctiles, que hacen más o menos sensibles unas determinadas zonas del cuerpo.
Las parejas se tocan, se palpan, se acarician; la exploración con las manos o con la piel del cuerpo del otro produce bienestar, a la vez que es uno de los mejores estimulantes del deseo sexual. Para excitar a la pareja a veces basta con tocar algunas de sus zonas más sensibles y, como el tocar o acariciar es un contacto de la piel con la piel, la caricia cumple una doble función: excita al que se toca y, a la vez, también el que lo realiza siente placer.
La caricia es la forma de tocarse más extendida, sin embargo, este hecho se ha ido limitando en la sociedad; no se trata de que éste prohibida, sino que se ha coartado la caricia hecha en pública. Sin embargo, el tacto produce en el cuerpo humano, y en la mente, muchas sensaciones que son necesarias: así una caricia amiga, produce bienestar y alivio, los niños recién nacidos necesitan del contacto para saberse queridos. Existe una amplia oferta en el mercado de masajes y sesiones corporales, que intentan suplir de laguna manera la falta de contacto en la sociedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena

IP